Con una capacidad creadora obstinada, Augusto Munaro es un rara avis de la literatura argentina. Abierto a lo que le es extraño y diferente, no se esclaviza bajo su propio estilo.Tal es el caso de ü(n) nhadha d’or, pieza permeable a los relampagueos de la intuición, y que recela de cualquier asomo de esclarecimiento (recordándonos que la literatura no puede someterse a los dogmas de la moral y del gusto).
Así, el desorden del lenguaje -desarticulado a placer- pulveriza el sentido y lo realza. Establece un régimen de riesgo, adecuando otra tesitura verbal.