Si el mamut es ese animal prehistórico, un poco fabuloso, antepasado peludo del elefante, que pobló nuestra imaginación temprana, hay en este libro una lectura de la poesía como prehistoria de la escritura, que marca, en sus tiempos y formas, una vida, y esa vida —observación del entorno, atención a animales y plantas, inclinación por la reflexión, exploración del lenguaje, o conjunción con la experiencia de la paternidad— se dice en poemas.