La velocidad de la sangre
Walter Lezcano
Llega un punto en la vida de un hombre en que se hace preciso poner la vida propia a contraluz de la vida del padre. Ocurre a la vuelta de toda negatividad, de todo resentimiento, en la prueba de que tampoco para uno ha sido fácil seguir adelante sin romper algún corazón, empezando por el propio. Es uno de esos momentos en que, como decía Manuel Inchauspe, hace falta mirar a través del velo de lo vivido. La velocidad de la sangre es el relato en verso de esa empatía en la historia memorable de un viaje en auto que, a poco de empezar, termina mal. Y, sin embargo, aunque todo arde, es una historia sin culpables. Así lo demuestra el foco de la narración, que va del padre al hijo sin anclar en ningún interior, como si hacerlo significara un juicio. Es que en este hermoso libro de Walter Lezcano, todos los errores han sido perdonados. El hombre y el chico son uno y el mismo.
Francisco Bitar
Detalles del libro